Un acto de valor

Algo incompleto. Se barruntaba la palabra de viejos amigos,
Una mesura que implicaba parte de inteligencia.
Por un instante, unas perecederas sonrisas sin enojos 
Habían gastado en el mar toda supervivencia.
En aquella pequeña capilla, estaba respirando la bruma,
Que sucumbió al embate del viento.
Los rayos calentaban los árboles que crecían en una ladera,
Y murmuraba con la impresión de un intrépido silencio.
Y los siguientes segundos el color azul oscuro 
Del mar acompaño al sentimiento
Mientras hombres con ajuares de pereza y tristeza 
Empezaban a bajar el ataúd a la fosa.
No fue el corazón, que dejó ausentar una sonrisa amarga;
Otro cuerpo exhaló los víveres de un demoniaco miedo 
Para mirar más abajo de la tumba,
Y comprobar que estar muerto
No es más cobarde que vivir prestando
Los sueños al invencible espanto.