Maria francisca aviles martin

Acércate y deja que mis manos
se deslicen por el océano de tus ojos
que mi dedo corazón
seque las lágrimas
que ruedan hasta el dolor
Deja que mis labios
besen levemente tus mejillas
que el sol atraviese las sabanas
al despertar de la madrugada
Déjame quererte rociándote flores
en los desvanes de la noche
y la luna se pose en nuestros pechos
guiando el forajido desenlace
Bella flor, hija de la belleza
es tanto amor lo que profano
que miedo obtengo de los besos,
te recuerdo y al mismo tiempo te veo
te leo tan cerca y lejos
poesía de este mi tebeo,
al oído te susurro
cuando te duermes en mis brazos
y a través de la ventana
el cielo iluminado de estrellas
dibujan nuestro lecho
Puede que los años nos hagan viejos
que la vejez nos entierre,
tal vez allá donde estemos
los sueños sean más cercanos,
que nos perdamos en la conciencia
por encima de las nubes
puede que dibujemos corazones
en los verdes prados del cielo
y que iluminemos a las estrellas
guiando a otros con nuestros pasos
Acércate, no mires atrás
soy tu luz, tu oscuridad
no mires atrás
soy tu amor, tu amistad
el hielo, la hoguera
acércate sin más
deja posar tus labios
en mis labios
ellos te llevarán a la luz del más allá.