Es triste pero aquí estoy encerrado con la soledad,
Si ya nadie querrá un corazón temeroso y lastimado.
En tu carta me pide perdón, no soy obstinado,
jamás te condené ya no hay razón ni culpabilidad.
En mí debilitado corazón no hay lugar para el odio,
¿tengo?, pues creo que quedó latiendo en tu pecho.
Volví tan de prisa lo olvidé, y por olvidar aquel hecho
desafortunado para lo dos, el drama de aquel episodio.
Puedes estar tranquila, ya puede dormir en total calma,
en los cariños y amores muertos no existe rencor.
Entiendo las explicaciones, estás limpia mantén el honor.
Sacare valor de donde no tengo para revivir mi alma.
Ya no podremos volver a vivir el camino andado,
ni volver sobre nuestro pasos. Se cerró en mí el candado.