Recuerda, mi alma, que tu vida azul es eterna.
Eres el vaso que reluce de amor sincero,
que se quiebra y derrama el amor con peros.
Recuerda mi amistad,que es fiel llama,
luz interna.
Despiertas cada mañana a tu piel más tierna.
Se besa de colores que destiñen luceros;
turquesa no es ya jamás tu color verdadero.
¡Despierta ya de un mal sueño de yerta caverna!.
Recobra ya la calma de tu larga mirada,
de tu risa sin prisa, de tu gracia de brisa,
de la paz de tu rostro en la larga velada.
Escucha ya los gemidos de tu alma melliza,
de sus oscuras brasas, de su dicha asfixiada,
del viento que te lleva de su cuerpo cenizas.