Dentro de unos pocos meses
(cuando mucho dos ó tres)
todo esto será un recuerdo
más o menos doloroso,
ubicado en el ayer;
una etapa del pasado,
algo desafortunado
que "tuvo que suceder".
Quedarán atrás los días
con el ánimo nublado,
el semblante desesperado,
las noches de este verano
desiertas de sueños, frías;
y las tristes sinfonías
de un negro languidecer.
Todas las limitaciones,
carencias y sufrimientos,
todos los padecimientos
que conforman el presente,
quedarán sólo en mi mente
como un aciago recuerdo
sepultado en la memoria.
Cambiará pronto mi historia,
mi llanto, mi padecer.
Pero quedarán las huellas,
impresas a fuego vivo,
de lo que ahora estoy sufriendo,
en mi pobre corazón.
Y servirán de advertencia
esas viejas cicatrices,
grabadas en mi conciencia,
para evitar repetir
los mismos viejos errores
que hicieron tan infelices
mis años en el presente;
ahora seré más prudente
y más cauto, en mi proceder.-