Cuando el AMOR pasa a ser tu Dios interior, te diluyes entre su poder, en sus tempestades de paz, sus tormentas de pasión, traspasas tus limites de adoración, su furia es anhelo y su cielo del azul de tu temor.
Cuando el sentimiento extremista es tu particular inquisición, no hay salida solo algo parecido a una puerta de emergencia que en momentos muy puntuales te permite inhalar cordura, la sensatez se contamina transformándose en relativa disquisición.
No hay días que permitan cuestionar su Fe, es vivir una constante utopía, te atusas la razón para comprobar como es arrollada por un latido de su religión, el cual sintiéndose Dios y Señor te muestra que a su servicio se encuentran tus principios y tus mas intimas creencias
El se convierte en tu religión interior; dicta tus mandamientos, comerás de su cuerpo, beberás de su cáliz, comulgaras con su credo, respiraras con su gloria y recitaras su sanscrito Padre Nuestro, escribirás su Nuevo Testamento, vivirás con los principios de su Evangelio, un nuevo Concilio renovara tu tiempo.
Tu alma; verde prado para reposar, tu corazón su guía a la tierra prometida, el camina sobre las aguas de tu vida, la serpiente de la más insaciable tentación, su manzana la más apetitosa del Edén, su fuego eterno tu obsesión, su Paraíso tu obsesiva transmigración.