He escuchado el devenir de tus palabras
tu acento hermoso, tus frases en mis oídos,
el lejano carisma, que ha dejado que abras
todos mis candados que hoy te tienen conmigo.
Te he escuchado, desde lejos pero en la cercanía,
en el rincón de mi cuarto que clama por tus ausencias,
he escuchado tu voz, y he dedicado estas rimas
a la mujer que me trajo jardines y presencias.
Te he escuchado, amor, cual un río sigiloso
de redes ocultas que aparecen de repente,
te he escuchado y ansio verte los ojos
para escuchar tu mirada, y mirar tu voz silente.