Te sugiero un juego, un pintoresco pasatiempo.
Cuando yo inicie computando de diez a cero,
Tú desapareces en este cuarto
Y pronto yo te pregunto.
Si no te encuentro, llamaré por teléfono
Y desdeñaré una evanescencia,
Y narraré un bulo.
Si pasados los tres días, no apareces,
Te anunciaré por televisión
Y denunciaré tu desaparición,
A través de las radios locales.
Disimularé que no te había visto hace meses.
Si encuentran tu abrigo en la maleza
Y tus bragas en un barranco
Me quedaré afónico en presencia de un abogado.
Si descubren una nota de suicidio
En la mesita de noche,
Enmascaré mis dedos
Y guardaré en el tras fondo del cajón
Todas aquellas cartas que te escribía.
Y cuando la tormenta y el granizo
Hayan dejado secuelas en las azoteas
Y el tiempo se haya deshelado en el olvido,
Contaré de diez a cero
Y aparentaré que aún no te has ido.