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Categoría: Desolación

UNA NIÑA LLAMADA AMORES No.8

Vegeto en desidia, sin asumir cuidado,
soy cobarde, con nombre de valiente,
con marchar desabrigado entre la gente,
deseando amar meramente y ser amado.
Y en mi olvidado andar por la vida
mis ojos percibieron nuevamente,
la estampa furtiva, distante, inerte,
la que dejo una vez mi alma desolada.
Escondida, humeante, aun entre la gente
caminaba como la recuerdo, perdida,
transitando por las calles abandonada,
deseando andar entre todos indiferente.
No supe si correr otra vez a su encuentro,
si enjugar de mi mirada la lagrima silente,
solo se que apareció a cambiar mi suerte,
después de tantos años, penando por dentro.
Lentamente, sutil, me acerque a su figura
rememorando sus ropas astrosas, gastadas,
y sus manos de hoja, con suturas plantadas,
por los años sufridos de actuar con mesura.
No me ha olvidado..! Note en su escrutar,
sentí mis piernas temblando al caminar,
la vida no es tan, mala pensé sin hablar,
tratando de calmar de mis labios su temblar.
Fraguando sin redención mi soledad
había decidido no volver a amar,
mas al ver nuevamente su bondad
descendieron mis dolores hasta el mar.
En depresiones perennes, naufrague,
quise mil veces mi error confrontar,
hasta tu llegada en amores divague
deseando el dolor de tu ausencia aplacar.
Pregunte sin escrúpulo y con descaro
a su ensuciada hechura sosegada,
si tenia respuesta cierta a mi reparo
que a diario mi descanso fustigaba.
Ahora si vienes a mi soledad calmar
explícame en verso como debo hacer,
para no robar amores, ni mendigar
lo que por justo derecho debo poseer.
Si eres redención de mis condenas
guíame hasta el palacete del perdón,
donde puedan encontrar mis penas
tu escondida y anhelante protección.
Indícame en el cosmos mi trayecto,
tu intérprete diligente del universo
para hallar la senda que prometo
a mis piernas expectantes de descanso.
Señálame en tu sencillo y frágil disertar,
como es que conquisto enmendar,
decepciones amatorias que hice pasar
a quienes en ningún tiempo supe amar.
Revélame ahora! en concluyente prosa,
cuales deben ser las palabras dichas
y en una gaceta por mi mano escritas,
del repertorio incivil que en mi reposa.
Encáuzame por esa travesía caprichosa,
donde mi barco lastimado deba navegar
para encontrar tus limosnas y recargar
de esperanzas nuevas mi cautelosa glosa.
Rotulame tus enseñanzas en el rostro,
funde tu metalurgia en mi escultura,
para saber que existo en la mesura
de un beso que di y extravié su rastro.
Destapa la incertidumbre que aprisiona
mi crepúsculo, mi amanecer , mi futuro,
devuelve claridad a mi horizonte oscuro
variando la suerte negra que me adorna.
Fórrame diligentemente con tu plegaria
sin temor al abandono ufano de mis rezos,
orare humilde en el remanso de tus brazos
hasta cambiar mi holocausto en alegría.
No coexiste en mi realidad astronomía
más profunda que la de tu ser,
tu ser pequeño, infante,
como gota de lluvia que cae
y se convierte en feroz tormenta
como nunca se ha podido ver;
ya no nadas en mi confusión,
no eres mas mi indiferencia,
porque yo descubrí todo con tu ausencia,
y me conformo con desnudarme
cada noche y dejarme sentir
en tu suave y benévola presencia,
sentirte bienhechora cuando ríes
en mis paredes... y me besas, sonries,
con tu aviso de llegada.
En tu ausencia yo fui norte
que deambulaba por tus calles
sin encontrarte en mis lados,
tu fuiste sur inalcanzable
tropezón de mi zapato,
donde halle cabizbajo
la certeza abrasadora de tus nardos;
si llore en tu ausencia,
quien me privaría en su locura
de llorar en tu presencia,
cuando rindo culto morboso
al pasado que he arrastrado
en mi necia penuria de creerlo todo,
y te descubrí en mi desdicha
regalándome una bofetada,
reanimando mi conciencia
y abriéndome los ojos.
Ahora puedo ver pasar mi vida
sobre tu cien, entre tu cara,
como si fuera a morir,
y fueras tú mi herencia,
la mortalidad de mi vida,
es una condición para creer,
aunque en mis delirios
y cuando me aprieta la tristeza
debes creerme muerto.
Te ruego ahora en mi lucidez
que me veas como te veo,
siguiendo el viento del destino
con aroma de mejores tiempos;
busco un nuevo pensamiento,
indago el misterio de tu aliento,
para saber que aun no he muerto
y que vivo gracias a un sentimiento.
Pero aun así...
necesito palabras nuevas,
nunca antes escuchadas,
capaces de escribir diestramente
un nuevo diario de mi vida,
recapitulando en ti,
condensando tu sabiduría,
existiendo sobre tu espalda,
aprendiendo a diario, mas y mas
con tu guía, sin crear costumbre
de estar cerca de mí, de ti
y así entender si nos separan
que el adiós no existe en esta pagina,
aunque lejos, el tiempo nos detenga.
Datos del Poema
  • Código: 126451
  • Fecha: 22 de Julio de 2003
  • Categoría: Desolación
  • Media: 6.41
  • Votos: 180
  • Envios: 0
  • Lecturas: 1,701
  • Valoración:
Datos del Autor
Nombre: Desolado
País: PanamaSexo: Masculino
Fecha de alta: 11 de Diciembre de 2006
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