En la suave brisa de tus besos,
que yo añoro y sueño con la bella y
dulce risa de tu boca,
tu piel y mi piel arden juntas,
con ese fuerte olor a almizcle.
Mis gemidos son el eco de los tuyos y
el temblor incierto de mi cuerpo,
de mis manos hace estremecer,
la rígida firmeza de tu espalda.
Las delicadas caricias que prodigas,
sobre mi excitado cuerpo candente y tu boca sobre mis pechos erectos y
duros, tus manos cálidas e invasoras y
en cada curva de tu excitante cuerpo, se acoplan todos mis juegos y
mis deseos eróticos acrecentando, nuestro mutuo deseo.
Nuestros cuerpos excitados,
van llevándonos a los confines más
infinitos de tus más bellos y
lujuriosos tesoros escondidos.
Siento sobre mi cuerpo como un
llameante fuego liquido que se percibe,
sobre el aire de nuestra habitación.
Dejo descansar mi cuerpo en el tibio viento,
llevando todo tu amor a lo más hondo de
mi corazón en el tiempo, haciéndonos
disfrutar de nuestros húmedos y
ardientes sexos, entre la lluvia y calor,
haciéndome perder los sentidos y la razón.
Llegará la más lujuriosa y desenfrenada,
noche oscura y sobre el rojo cielo de ocaso,
atormentaras mi cuerpo con tu amor y
tu pasión volcánica cuan volcán en erupción.