Entiéndeme,
quiero dejarte este escrito
como símbolo de discrepancia
sin obligar a entender lo dicho
cuando nubla el celo de la distancia.
Entiéndeme,
soy el demonio envuelto en ocaso
la pluma negra de una blanca despedida,
el símbolo yerto y por si acaso
el vector y la bala, ambas sin vida.
Entiéndeme,
soy un ente, un empírico vagabundo
el marco de un óleo, desvanecido,
entiéndeme que no entiendo este mundo
y el pasaje al otro, es solamente mío.
Entiéndeme,
soy pastor de las oscuras madrugadas,
el error constante de una hipocresía
hacedor de muerte...verdugo de una nada
el todo poder, sin el poder que me guía.
Entiéndeme,
he roto el trasfondo de mi noche
percudido el cincel de los recuerdos,
solapado el azul en el derroche
de no saber escuchar en los silencios.
Entiéndeme,
es tarde para consentir inútiles locuras
me voy solo, para no herir otras mañanas,
recuérdame sin candados ni armaduras
cuando una brisa muy tibia,
acaricie tu ventana!