Noche que en tu oscuridad encubres,
una estrella verdaderamente luminosa,
ayúdame a ponerla en un estuche,
para darla a mi amor en una prosa.
Permíteme encontrar en alfabeto,
las letras que rimando se hagan verso
y así yo convertirme en su amuleto,
y me tenga por siempre, en su embeleso.
Considera como amor mi cándida palabra,
que quisiera dejar cerca a su oído,
y besar su boca, cuando la abra,
para decirme lo que siente en un latido.
Y si su corazón en su interior me llama,
acudiré con paso presuroso,
a entregarle mi alma que derrama,
un amor . . , que será maravilloso.