Son mis noches agonías preparadas
libretos escritos al inicio de semana,
mis letras se mezclan con la sal malsana
que me dejo tu adiós, tu partida no esperada.
Son mis mañanas esquelas ennegrecidas
con el luto plasmado en la tinta extinguida,
recaen mis versos sobre las mies malditas
que no soportan su ausencia, su falta me agita.
Es mi atardecer una falacia mal escrita
una mentira pagana que mi mente gráfica,
imagino verla sobre su espalda marchita
y le sonrío en silencio, a mi madre querida.
Llegan de nuevo mis noches no queridas
donde miro en el rincón de tus últimos días,
dejaba mi madre aquella cama vacía,
como vacía quedo mi alma, el día de tu partida.
Angel Francisco
Blasón