Emancipado mi mente cae en breve reposo.
Sentado en ausencia, cual Adán en desconcierto
recordando espigas, el duelo inútil y penoso
que impone el tiempo, vuelvo del desierto
excluyendo caudales, insto por amar y tu beso.
En vía de placeres comulgo a tu encanto,
aun no desvanece mi fuego por hostigarte
por tu armonía, tengo fiebre en sentimiento,
con el tiempo con rosas rosa, he de pagarte,
o con una canción que yo en persona canto.
Ahora que se nota en tu cuerpo la cadencia,
el viento va promulgando así en mí tu perfume,
también tu sensual tivieza en mi presencia.
Mujer; honestamente tu esplendor me consume,
tristeza es ayer, cuando me sumía tu ausencia.
La vida nos acercó cual fruto el gozo soberano,
mi primera canción a ti, fue canción de cuna,
El primer abrazo, el primer beso es de hermano.
Ahora eres mí amada en tiempo de tu luna,
cosa de la vida y del amor y; del ser humano.
Autor Alcibíades Noceda Medina