Se que llegara

Cuando cansado ya de llorar mi corazón,
y no pueda soportar ni una pena más; entonces ,
se que llegará, sé que ya vendrá la triste decisión.
Aquellas lágrimas que en su momento dado
fueron el consuelo, se quedaran atrás.
No abrá tiempo de pensarlo, ni de arrepentimiento,
todo será como el convencimiento del echo y la razón.
Las causas nunca encuentro, son cosas de la vida,
y con la fe perdida, se pierde la esperanza hiriendo la emoción.
¿Por qué será Señor? mi Jesucristo amado,
que nadie me comprende; me siento ser juguete
sin alma y compasión.
Así he vivido, y desde niño arrastro la poca incomprensión.
Crecí solo, sin una madre, porque tú te la llevaste Señor;
y me quedé sin sol.
Pero al menos mi Dios, Señor y redentor no todo fue perdido;
pues me sentí ser hijo de aquellas tres viejitas
que eran mi bendición.
Mas al fin , cuando creí que mucho había logrado;
con una buena esposa, mujer de mil quilates,
vuelve otra vez la sombra de no ser comprendido.
Esa sombra Señor, que tanto a perseguido mi vida y mi existencia.
Yo no pido clemencia, ni lástima , ni pena;
pero mi mente ajena al sentimiento justo se llena de dolor.
Hasta mis propios hijos, que han sido mi baluarte,
me ven como una nube, que nubla sus valores
y como fuerza errátil que dobla su estandarte.
Si algo o si alguna culpa tengo ha sido inconsciente,
mi corazón no miente y muy sincero es;
nunca he sido perfecto y nunca lo seré.
Que lancen la primera piedra todos los que me juzgan,
¡Vamos! levanten sus manos y arrojen con toda fuerza
si se sienten atrevidos.
A mi también me han herido y nunca lo olvidaré,
¡Perdón! podré yo pedirle a Dios que es mi creador,
y si bajo mi inconciencia a mis seres he ofendido;
que más puedo pedir, sé que ignorante no soy;
tendré que pedir perdón.
Yo se del día de hoy, hasta este mismo momento;
pero no del de mañana; y cuando cansado ya de llorar mi corazón,
y no pueda soportar ni una pena más,
entonces sé que llegará, se que ya vendrá, la triste decisión.