El amor es amada mía siempre todo y nunca nada,
él tiene todas las respuestas a nuestras interrogantes
y nunca preguntas a nuestras verdades.
Él siempre busca ganar, aunque a veces lo dejemos perder
y a él nunca le importa perder porque siempre sabe como volver a ganar.
Él no tiene tiempo, ni espacio
él es infinito, eterno, sublime.
Él convierte en eternidad, un momento en el tiempo
y transforma en un momento, lo que nos pareció una eternidad.
Él llega sin preguntar si hay espacio,
pero se mete tan adentro que si se va,
deja un vacío imposible de llenar.
Él siempre llega sin invitación, como un viajero, como un errante,
pero cuando se va es como si se muriese algo dentro de nuestro ser.
Él explica lo inexplicable, lo que el hombre no puede cuantificar.
Él da respuestas a lo que es ilógico, a lo que es inverosímil,
es tan grande que es imposible olvidarlo,
y si fue posible olvidarlo entonces no fue amor;
pero por sobre todo bella amada,
el amor es una oportunidad y una decisión.
La oportunidad la da la vida y la decisión la toman dos.
Quiero sembrar mi amor en ti el resto de mis días,
porque en mí, tu amor se quedó en lo que me queda de vida.
El amor es lo que lo que nosotros decidimos,
lo que nosotros esperamos,
si le damos la oportunidad al amor, él estará allí toda la vida
y si la vida nos dio el amor, entonces amor,
que estamos esperando, el tiempo es corto
y él aun espera por nosotros todavía.