sabanas

mi cuerpo indómito y garbo en su aventura
conquista tus everest, henchidos de pasión
mi piel con la tuya convertidas en puas de amor
viven con locura la acción de su ensueño
de momento soy tu sirviente y tu dueño,
nuestro nido es descubierto por tus gemidos
donde tus tenazas esconden mi barreta de oro
para cultivar el tesoro, del encuentro ardiente
la sabana ruge a nuestro peso no permitido
dejando huir la mancha del verdadero amor
donde mi cintura rompe el eco de tu voz
y quedo seco por el movimiento de mi pensamiento
de nuestra ventana, surgen, melodías cual paraiso
mientras nos espian ojos oscuros y multicolores,
y cuando la humedad de tu cuerpo moja mis entrañas
somos uno... cerrando la ventana con el debido permiso