-Un tren llamado vida-

La vida es como un viaje, un viaje que en tren has de efectuar,
a nosotros el billete nos lo compra nuestros padres
y nosotros a nuestros hijos se lo tenemos que comprar.
No sabes cuanto durara el viaje, pero ilusiones no te faltaran.
Y que bonito es ese día en que decides un billete comprar,
lo pediré para una niña o un niño, esos que más da,
yo comprare el billete y lo que sea será, solo pido a Dios que venga con bien,
que el cariño, amor y alimento no le faltara.
Y llega ese día tan deseado, con los brazos abiertos esperando estas,
piensas si será niño o niña, pero eso que más da.
Yo tuve una hija y es lo más maravilloso que me pudo pasar,
la coges en brazos y la subes al tren que es la vida,
diendo, estate tranquila que estas con mama y papá,
le ves su primera sonrisa, sus primeros pasos y pronto dirá mama y papá,
la ves ir creciendo pues tú los cuidados le das.
Pero todo viaje tiene un principio y un final
y el momento más doloroso es cuando un ser querido,
del tren de la vida se tiene que bajar.
Se hacerca el revisor y nombra a los que se tienen que bajar,
unos al revisor le llaman destino, otros muerte le suelen llamar,
el nombre me da igual, no le importa el sexo, el color, ni la edad,
él lleva su lista y nombre a nombre dice quien se tiene que bajar,
a veces los llama en grupo eso significa que alguna desgracia ha tenido que pasar.
Yo me acuerdo del día, que el revisor a mi hija vino a buscar,
oí pronunciar su nombre, Sheila Rodriguez Sanz,
quise esconderla del destino o muerte, como lo quieran llamar,
esconderla para que no la encontrara y no se la pudiera llevar,
pero insistía en llamarla, que podia hacer yo mas,
intente cambiarla el billete, que fuera yo el que se tuviera que bajar,
que ella no se bajase, que se quedara con su mama,
pero el billete es personalizado y no lo puedes cambiar,
y el revisor insiste y la vuelve a llamar,
la ves cojer su maleta y empiza a caminar,
te asomas a la ventana, y al anden la ves bajar,
se sienta en su maleta esperanda que alguien conocido la venga a buscar.
Tu piensas si a buscarla vendrá un Angel
o su bisabuela que lleva un mes en esa ciudad,
a esa ciudad la llaman Cielo, dicen que allí todo es amor y felicidad,
pero yo no lo sé seguro y a mi niña por la ventana la empiezo a gritar
ten cuidado hija mía, busca a tu bisabuela que en algun parque estará,
seguro que esta sentada en un banco, esperando que algún conocido a su lado se siente para con él poder hablar.
Seguro que tiene algo de dinero para dar a su bisnieta al llegar,
para con ella comprar golosinas y con ella reír y jugar.
Y entonces el tren se pone en marcha y con ella me quiero bajar,
pero las puertas estan cerradas y el revisor a mi lado está,
me dice que no es mi hora que a mí ya me llegará,
que he de continuar el viaje hasta el momento que me ha de llegar.
Te que das intranquilo por que no has visto quien la ha venido ha buscar,
piensas si estará con alguien conocido en el Cielo,
que es como llaman a esa gran ciudad.
Vuelves al compartimento y ves a todos llorar,
su asiento esta vacío nadie lo puede ocupar,
ni aun teniendo más hijos, su asiento vacío se quedara,
vacío como la vida misma desde el momento en que mi hija se tuvo que bajar.
Y lo malo de todo esto, es que mi hija no fue la primera,
ni la ultima en bajarse será,
que en esta vida estamos de paso y a todos ese momento nos llegara.
Yo solo espero que mi hija este bien donde esta
y que ella sea feliz, que por su enfermedad no se tenga que preocupar,
que el día que yo me baje la buscare en esa ciudad
y juntos disfrutaremos, como años atras.