No entiendo de verdades ni de de mentiras,
se me olvidó la maldad a lo largo de la vida,
y entre las manos se me escapan las heridas,
que a cada paso más me cuesta intentar sentirlas.
No entiendo de gritos ni de voces arrepentidas,
aprendí las palabras que el silencio me decía,
a callar lo que el corazón, tanto me latía,
a no demostrar sentimientos,que ya se me perdían.
No entiendo de enesmitad ni de amores sin prisa,
solo sé llorar dentro de mi pequeña coraza fría,
sin demostrar lo que tanto me pesa entre sonrisas
cerrando los ojos, entre sueños de cobardías.
No entiendo, de realidades sin magias escondidas,
dejé de comprender el sentido de ser querida,
que en el ayer dí todo lo que me pertenecía,
entendiendo por fín, que es lo que hay,y había..