A un antiguo filósofo griego
alzando la vista al cielo,
una pregunta le vino al azar:
¿Si las aves volaban
y con soltura se desplazaban,
por qué el hombre no podía volar?.-
Si Dios le hubiera dado alas
además de brazos y manos,
siendo en realidad humano
podría recorrer el Atlas
y así desde el cielo contemplar,
la belleza de la tierra y del mar.-
La respuesta quería encontrar
y al seguir el camino andado
vio un pájaro enjaulado,
"El ave no podía volar"
y comprendió con desilusión:
"El hombre estaba en prisión".-
Prisionero de su ego y maldad,
dentro de su jaula de plata y oro,
cree que así, la vida es un tesoro,
sin tener la voluntad
de obtener su libertad.-
Si el hombre rompiera la cadena
de la prisión que le condena,
como libre pájaro al cantar
a la vez podría volar.-
(Octubre 2011 - JOMCI)