Ministros.

Ser ministro de Jesús el Señor,
es servir con dedicación
donde nos ha puesto el redentor
para ser de bendición.
Dios nos ha dado una misión
de hacer su voluntad;
llevar las nuevas de salvación a toda la humanidad.
Conozco a un varón de Dios
que siempre lleva una misión,
procura ser obediente a Dios
haciendole casa de oración.
El comienzo parece imposible
y hace todo lo que puede,
pero es Dios quien hace posible
que la obra se eleve.
Éste siervo ante Dios a llorado,
al principio pocos le entienden,
y con el tiempo es llamado
por sus frutos EL APÓSTOL.
El que conoce al PROFETA,
si oculto tienes sus pecados,
mejor se queda en su casa
y no ser públicamente avergonzado.
El mensaje que Dios le revela
muchas veces al profeta mismo
no le agrada y de todas maneras,
tiene que transmitirlo.
Si Dios le da revelación,
es por misericordia y amor
que le tiene a su congregación,
para que se aparten del error.
EL EVANGELISTA tiene unción
lo veo siempre en las compañas,
anunciando las nuevas de salvación
para salvar a muchas almas.
Después de un lindo sermón
con el corazón lleno de amor,
a las almas hace la invitación
y acepten a Cristo como salvador.
Muchas almas van creyendo
al mirar prodijios y milagros,
de rodillas van cayendo
en la presencia del Dios eterno.
Aunque el evangelista no esté pidiendo, bendícelo con tus bienes,
y Dios vaya engrandeciendo,
las poseciones que tú tienes.
Conozco también
al maestro de la escuela dominical:
Tiene capacidad de enseñar,
pasa tiempo en oración
y tambien debe estudiar
de la biblia una lección.
Porque debe compartir
el domingo en la congregación,
como se debe recibir
de Dios una fresca unción.
Su objetivo es formar
de conocimiento al creyente
para que pueda ganar
las batallas constantemente.
Por lo que voy a decir
sabrán a quien me refiero.
A las ovejas con amor
al cielo debe de guiar,
algunas le provocan dolor
pero las pone en su lugar,
porque su deber es gobernar
rectamente la casa de Dios,
y le debemos escuchar
muy atento su voz.
Es que en tiempo de necesidad
a él corremos por un consejo,
aunque nuestra fidelidad
en la iglesia esté por los suelos.
A él imitemosle su fe,
brindemosle apoyo con amor
porque sabemos que él,
él es nuestro PASTOR. Un ministro del Señor
que le sirve con dedicación,
donde lo ha puesto el Redentor
para ser de bendición.
Cristianos! es nuestro deber
servir en el evangelio,
apoyando a todo aquel
que tiene un ministerio.