UNA EXTRAÑA ALEGRÍA

Los entristecidos quieren terriblemente
y lloran como leones silenciosos
Su hora preferida comienza en la madrugada
GUILLERMO SAMPERIO
A ROQUE DALTON
La gente en su andar vertiginoso
los mira
sin imaginar sus músculos faciales
fuera de lugar
Todos ven en su sonrisa
una alegría a cada paso
y en su silencio
conformidad eterna
buscando huecos en los muros
Su felicidad está en el aire
en las notas de un blues lento
en el gorgojear de pajarillos libres
y el poema
que se nos hace aguafresca en la risa
Y los niños corren descamisados
inventando juguetes de arena y piedras
empielándose amorosamente de esta tierra
saltando en sus jugueteos
gotas de carne risueña y gris
Ellos
los tristes consuetudinarios
cuando mueren
reviven de unicornios
de lunas en la sangre
De soles en ocaso
vivos en su piel
(De pronto
de la nube nueva
asoma Roque
Roquito
con los labios plenos de poema
de sonrisa opaca y ametrallada)
Ellos
reparten la tristeza en las estrellas
contemplándolas
embriagándolas
bebiéndolas mezcladas en ron blanco
para inaugurar la noche
Y se platican su melancolía
nacida de poetas muertos
traicionados
Nacida de la ausencia
- siempre presente -
de ese amor inmenso
de madrugada
imposible de espantar
cual negra mariposa
que deja un brillo acuoso en la mirada
y una incomprendible
alegría extraña y elegíaca