Mis enemigos.

Mis enemigos tienen las locuras del fascismo
cargan con la autoestima subida en escaleras
con peldaños que despiertan sus casi vivos cinismos
a la vuelta de una esquina para que nadie los vea,
mis enemigos son los parientes de los renglones ajenos
escriben en las espinas de las rosas perforadas
tienen altísimo ego que se toman con venenos
en copas de ignorancia rotas y desgastadas,
mis enemigos me divierten con sus pobres alegatos
transpiran la gota gorda y sudan tinta callada,
cantan los estribillos y se mudan a cada rato
de las ropas de corderos por ganar una mirada,
mis enemigos son tiernos y cómicos arlequines
que manejan la liturgia del ogro encadenado,
amagan terremotos y en brisas cumplen sus fines
de pensar con el trasero y limpiarse con un dado.
Mis enemigos carecen de órbitas y cielo raso
porque el techo es su piso y cambian de colegiados
ponen en el tapete prejuicios y por si acaso
se cubren en las faldas de tanto rimel imaginado,
mis enemigos, en definitiva son un poco el edipo
de alguna teta inconclusa que alimentó su pasado,
indiferencia les muestro a esta clase de tipos
que solo buscan la fama y terminan apuñalados.