Te amo con desesperación,
te amo hasta la locura,
más allá de las palabras,
más allá de los suspiros,
de las lágrimas, de todo;
más allá de estas ansias
de vivir siempre contigo.
Te amo con cada soplo
de mi enamorado aliento,
con cada pulso y latido
de este febril corazón
que, por tí, mantengo vivo.
Te amo con la misma fuerza
del huracán desatado
en vientos y torbellinos;
te amo con la tempestad
de relámpagos y truenos
de la cual eres testigo.
Y te amo plácidamente,
con la paciencia y dulzura,
con la férrea voluntad
de estar por siempre a tu lado
y darte mi amor ferviente;
con la infinita ternura
que me inspira tu bondad.
Te amo en mil formas distintas
y sobre todas las cosas
y es este amor cual torrente
que baña continuamente
tu cuerpo en agua de rosas.
Te amo y es mi verdad,
en tu presencia o de lejos,
y es tu amor mi realidad;
amarte así es descubrir
de mi alma el revivir
y, en tu amor, nuevos reflejos.-
Eduardo Ritter Bonilla.
Jueves 25 de Febrero del 2010