Cuando te veo reviento de emoción,
por la hermosa armonía de tu presencia,
causante de mi constante inspiración,
y de que cobre vida mi triste escencia.
Yo nunca me cansaré de observarte,
de darle ese regalo a mi visión,
yo nunca me cansaré de buscarte,
porque encontrarte será mi misión.
Siento que eres parte de mi vida,
como lo es una finca a su dueño,
siento que eres mi ilusión recibida,
siento que eres la realidad de mi sueño.
Pienso que tu alma conoce a la mía,
y que unidas se han vuelto inmortales,
pienso que sin tí mi alma no viviría,
y lo haría sólo de torturas fatales.
Sabes quien soy pero no me conoces,
y eso nos brinda una agonizante herida,
yo sé quien eres, pues escucho voces,
que pienso son producto de mi dolorosa vida.
EFRAIN TRINIDAD RODRIGUEZ
Morovis, Puerto Rico
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