Una nube es una advertencia.

Me gusta el ruido de la lluvia. El sonido de las gotas cayendo sobre mi ventana hacen que los pensamientos dentro de mi cabeza se escuchen un poco menos dramáticos. Me encanta ver las calles mojadas, ese paisaje le recuerda a mi alma el significado de la esperanza. Ese paisaje reflejado en mis ojos se transforman en una imagen que me transporta a protagonizar una antigua película, dónde el romantisimo era cosa de todos los días. El cielo oscuro libera mis problemas en tristes poesías, y con esta descarga mis miedos de repente se convierten en inspiración y finalmente consigo creer en mi misma. Las tormentas me ilusionan. Cada nube es una advertencia; habrá tiempo suficiente para alejarnos antes de que nos llegue el mal, y si se hace tarde y nos mojamos, igual aprendemos cómo abrigarnos para continuar.

Si en el peor de los casos nos llegáramos a enfermar, no importa que granize, el objetivo sigue siendo superar. Es difícil enfrentarlo, pero nadie exceptuando a Dios nos puede juzgar, cada uno a su manera mientras no se rinda y bajo ninguna circunstancia deje de intentarlo, a pesar de haber fallado y aunque ni siquiera sepamos como hacerlo vamos a lograrlo. Y cuando tu ser empiece a estar agradecido por todo lo que haya vivido, incluyendo su andar en los más duros caminos, te darás cuenta que te diriges hacia la verdadera felicidad sin ninguna trampa del destino. A veces es necesario padecer temor para valorar lo que realmente tenemos, sentir la depresión para recharzarla y no volver a caer en ella jamás, descartala como opción y refugiarse en nada más y nada menos que el amor. Analicemos nuestros propios errores como parte del crecimiento, admiremoslos en la comparación del antes y el después para festejar con orgullo el progreso conseguido de nosotros mismos. Dejemos la preocupación por el futuro, construyamoslo día a día inconscientemente pero seguros. Suena imposible mantener esta postura luminosa en la rutina, pero la realidad es que afortunadamente soy testigo, apenas comiences a reconocer lo que eres capaz de generar en los demás te sentirás automáticamente positivo y atraerás a tu lado lo que siempre has querido. Para tener buenas relaciones, primero debes ser tu propio amigo, cuando ames a tu vida y aceptes lo que eres te olvidarás de los prejuicios. Lo lamento si con estas palabras te he confundido, igualmente quiero que sepas que no estás perdido. Podrás sentirte vacío, lo cual entiendo ya que yo también lo he vivido. Me he odiado a mi misma e incluso consideré el suicido y sin embargo estoy aquí, contandote sobre como una decepción pasa a ser inspiración. No te rindas ni te niegues la oportunidad. Lógicamente vas a hundirte si no te mueves del lugar, deja de castigarte y sal en busca de tus motivos, encuentra las razones para estar plenamente vivo.

[30-11, 2014]