No quiero cambiarte por nada,
aunque a veces seas mi tormento
te quiero con tu repentina calma
¡con tu embeleso!.
No quiero que seas distinto,
si apenas te nombro,¡ya te siento!,
te quiero sin juramentos,
con tu mirada,
con tu sentimiento.
No quiero cambiar tu sonrisa
cuando aparezco,
ni apagar el lucero de tus ganas,
ni las caricias,
ni los momentos.
¡Quiero qué sigas siendo tú!
un remanso cuando llego,
¡con ese mirar tan perdido!
enredado de deseo.
Te quiero en la ternura de mis versos
te quiero con tu calor,
te quiero cuando eres locura
¡mi enamorado sueño!. campanilla