Una verdad mal contada

La verdad sin oír las palabras más sensibles,
Diálogos que fueron falaces.
Paso a paso, hora por hora,
Viendo los despojos de la piel
En la sombra que guiaba a tus ojos.
Se puede convertir en una mentira
Y proyectar formas de una destrucción,
Ser partes de un horror
El cansancio de los arrojos.
Y en el evoco, la constante soledad
En un cuarto cubrirse de polvo,
En una tortura con ramos de la muerte,
La locura como un lujo inerte.
Una verdad, se vuelve dolor cuando expira,
Y envenena a la luz que atraviesa
La tinta negra del cuaderno
Donde hablo de mis secretos.
Aprendí a conocerte,
En el espacio de las sombras,
En la frustrada promesa
De emparentar a la tristeza
Con la enmendada alegría,
Y crear en el oído de tu corazón
Un amor que pesara
Más que el mármol, que aún suspira.
Una mentira vuelve dolor la dicha aviesa,
Ciega y fría hasta cubrirse de queja,
Se puede quedar sin vergüenza
Y morir en el fragmento de las huellas.
Crecer dentro de otra mentira
Que siempre fue una perpleja verdad,
Con ensayos frente a los espejos,
Buscando un rayo que fulmine
La libertad que muere en la lengua.
No puedo ocultar, mi verdad es a medias
Una prisión de vergüenzas,
De bailes que juegan con mi voz,
En los jardines donde los duendes
Que reclaman mis hechizos
Braman tus frases
Cuando vuelo por los tejados
Con alas de hierro.
La verdad se vuelve mentira,
Sin ataviarse en los infiernos,
No queriendo ser la cocada
De una transgredida maldad.
El corazón de amor pesa
Y suspira al helarse,
Porque la inocente promesa
De disfrutar eternamente de tu boca,
Convirtió a la verdad mal contada
En una mentira presa de haber nacido.