Caminé y camine sin rumbo fijo,
ya mis piernas lloraban sin conciencia,
cuando en medio del bosque alguien me dijo:
Soy un Roble abandonado sin clemencia.
Estaba frente a mi con su sapiencia,
con sus años incrustados en su tronco,
con su porte, con toda su excelencia,
un tanto atribulado y algo ronco.
¿Por qué estás tan triste buen amigo?
¿Por qué carece de techo tu morada?
¿Por qué tu piel está tan lastimada?
¿Quieres contar tu historia?, ¡Habla conmigo!
El árbol se hizo eco de su angustia,
me dijo que su piel tan lacerada,
tan vieja, tan rasgada y tan mustia,
perteneció a un alma enamorada.
Me dijo que ya nadie le visita,
que muere ante la ausencia del amor,
que su ramaje es el estertor,
de la muerte que el viento le predica.
¡Pobre árbol tan abandonado y yerto!
¡Como quisiera brindarte ahora mi abrigo!
Pero tengo mi alma tan desierta,
que me siento como tú, mi dulce amigo...
Poema: "Como aquel Roble"
Autor: Ivette Rosario
Agosto 2015.