Me dejas sin aliento

Me dejas sin aliento
cada vez que regresas
a posarte en el borde
de las flores abiertas,
cada vez que te elevas,
sublimada en suspiros,
y te enredas al cuello
tus cabellos de aire.
Me dejas sin aliento
cuando alargas las noches,
estirando los versos
a través de las horas,
con tu voz de penumbra
perfumada de tiempo,
caminando por dentro
de silencios glaciales.
Sin aliento y sin vida
vas dejando mi huerto,
perfumado de azares
y anegado de vientos.
Inestable y perdido
bajo un manto de sueños
que me evocan la vida,
que me sirven de aliento.