Estabas sentada en la esquina de mi cama,
Tu espalda describía mi sueño perfecto
En el que conocí el misterio de tu ropero
y del cajón que resguarda tus ropas.
Mis dedos escalaron por tu columna marcada
En tu piel perfecta, suave y transparente,
Para descubrir en tu cuello aquel declive
Que recorre tu pecho hasta tu ombligo.
Mi boca siguió el camino prohibido,
Aquel territorio que era de otro hombre,
Para descubrir entre tu silueta, perdido,
Lo que con mi mujer no había conocido:
Una visión prohibida, una pasión divina,
Un amor escalofriante que nos unía;
Sin saber qué nos hizo caer en este cuento:
dormir desnudos de noche y de día no conocernos.
Un secreto incriminante, compartirnos el cuerpo,
Amarnos más que a quien nos espera
Y no sospecha lo que hacemos…
Amarnos bajo esta idea, aunque nada sea certero.
Mira que poderse expresar con tan pocas palabras en tan amplio umbral nada mas es posible si eres grande, que bello poema, que bellas rimas, que bello escribes... me da tanto gusto leer de un compatriota cosas tan sublimes... me dejaste erizada, no cabe duda que me haces sentir cerca de mi mejico aun estando tan lejos, gracias y por favor nunca dejes de escribir, nunca.... seria un crimen