Si vienes hacia mí vente despacio
y cuídate. Ya sabes que te espero.
Ha tiempo que en tu cárcel, prisionero,
yo vivo como luna en el espacio.
Está mi corazón cansado, lacio,
de tanto transitar por tu sendero
y canto por placer como el jilguero
que asume su prisión como palacio.
Bendiga Dios tu amor, bendiga el mío,
bendiga tu esperanza y mi esperanza
y llene de ternura tu universo
y abrígate, mujer, porque hace frío
y a mí la inspiración ya no me alcanza
queriendo dibujarte en cada verso.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC