Cada vez, que lees a mi espalda

Sin un nombre, que prestigie lo vivido
Sin un sello, que identifique lo que ahora, está perdido Sustrayendo una pizca de suspiro, que aún me viste
Y se alista, la pureza, que hoy te tiñe…pretendido
En los días, que no roza a mi piel, el viento
En las noches que la luna, no me mira
Es Sirio el que acompaña a mi lamento
Y decreta en mi honor, una poesía….
En las líneas invisibles, de un pensamiento
Hoy se agrupan verdades y mentiras
Son de Dios, elevándose en un verso
Y de cómodo, llenar bolsas, de su propia maestría…
Cada vez que lees, sobre mi espalda
Intuyo, que corrompes a la ira
Al frustrarte en el intento, imitar Al color de una esmeralda
Y a caso, tener por cierto, en la búsqueda de un no sé!..
Intentar, reconciliándote, con tu presentimiento Dando crédito por fin, a una buena intención
Ofrendando, a la creación de tu valía..
María Verónica García