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UNIVERSO AUSENTE

UNIVERSO AUSENTE
“Love is most nearly itself When here and now cease to matter” (T.S.Eliot)
“He aquí que viene el tiempo de soltar palomas en mitad de las plazas con estatua” (J.G. de Biedma)
“Que hay otro ser por el que miro el mundo
porque me está queriendo con sus ojos” (P. Salinas)
“Pero bueno, lo que importa está en los versos;
en los dos últimos al menos. Tenlos
en el único verso” ( el canto de un servidor)
Hoy también tomo las estrellas frías
en la playa callada del Mareny.
Y las tomo tumbado,
sin riesgo de ese cáncer superficial que temes
y en profunda metástasis tu ausencia.
La arena, aun sin alma, tiene huellas
de profundas pisadas.
Con la lejana compañía de las estrellas
y el faro de Cullera golpeando
con luz mi soledad de vez en cuando,
imagino tu blanca sencillez
perdida en Barcelona,
despertando un abril en lo que queda de agosto
y maquillando el sábado noche en tu sonrisa
incluso en la mañana gris de un lunes.
Y cuánto extraño, ay, la raíz de tu alegría.
Ella te brota fuerte
sin que hayas de regarla con un poco de alcohol;
ella te brota fuerte hasta en mi tierra baldía.
Tú sabes convertir en alegría
la lóbrega materia de esta tierra
que se tiende a tus pies para besarlos.
Es que extraño en la tuya mi alegría;
porque no encuentro, tú sabes, ni rastro
de la mía ni en ese poso de un tercio frío
de Voll-damm, que es, al tiempo, fiel cómplice y testigo
de la noche cordial que amplía el eco
de la charla incansable de los viejos amigos,
de esos viejos amigos
que son ya viejos eslabones de buen diamante.
Pero tú, hasta ti, allá en Barcelona, tú,
estiras del todo el universo; ¿cuál?
éste que está llamado a fundirnos, no sé cuándo,
fundiendo el tiempo y el espacio en él.
Y en trescientos ochenta kilómetros lo fijas.
Y lo fijas sabiéndote muy dueña
de todo un cabo de un confín, opuesto
al que en mis manos sujeto sólo a duras penas.
Pequeña esta distancia para un astro;
enorme para mí, ciego mendigo de luz.
La distancia y el tiempo (¿ trece días, tal vez?;
¿veinte quizá, después de una llamada
que obliga a corregir el poema y a clavarme
golpe a golpe, hiriendo la memoria,
hasta el verso más romo para el alma
para coser con puntos sus desgarros?;
¿nueve a partir del día de la muerte
de una osa y de su nombre?)
La distancia y el tiempo, te decía,
puede que sean algo relativos.
Pero la ausencia, no.
Incluso para ti,
que en tu cartera quieres retener
cada presencia más que ese billete de diez.
Pero además, te falta el papel de una presencia,
uno más que añadir a tus fotos de luz presa.
(veinte irían ya, ¿no?)
Como cuando esperaba en la plaza de la Virgen
y faltaba tan sólo una paloma
que volando rozase, siquiera, mi mirada.
(Sí, llegasteis con prisa tú y tu nombre.
Cómo lo explicaríamos, de un modo preciso:
retraso puntual del ansiolítico
que en tu rostro derramas generosa.
Pero no fue tu culpa.)
Aquí, igual que tú, la noche desborda en mí
su sencillez compleja.
(Noche en mi no habría si fueras tú la noche)
Aquí y ahora entiendo
que el amor puede ser algo más puro
que el famélico hurto de tiempo que dos almas
van cometiendo a solas
contra sus respectivas soledades.
Una estrella fugaz lanza a mi vista,
mientras salta con gracia,
su loca pretensión
de palomita de maíz naciente
de la negra sartén del firmamento.
No soy supersticioso
y me basta su dádiva volátil.
El cine sideral
continúa; y yo, no quiero más palomitas.
Clara tras lo insondable,
una mano acaricia los contornos
ignorados, los límites de nuestro infinito,
el universo en su plural singularidad.
Su explosión de cariño inicial sigue
en todo el universo que se expande;
como en la mano de la madre sobre el niñito
que en su infinito seno crece y crece.
¡Qué noche sin pecado!.
En una estrella cuya luz agoniza entera
reluce el sacrificio oscuro y pleno.
por la galaxia amada,
y conmueve mi esencia hasta la médula.
Es la estrella consciente
de que su combustión es la del Fénix
al que arrebatan sus cenizas cuando
todavía respira.
Y llora la entelequia en la entelequia.
Y llora sin llorar
o llorará sin tiempo;
pues sólo los sin luz lloramos vivos.
La estrella que refulge es luz marchita
que nos siembra de luz
dejando de ser luz.
Soñando en supernova, un agujero negro
ocupará su cuerpo y sacará
su luminosa historia de la senda del tiempo.
Y nosotros, por ella,
aprenderemos otra forma, ésta feliz,
de sacar nuestra historia.
Y aunque del tiempo pueda zafarse nuestra historia
como anguila insumisa del Palmar,
la posibilidad de mejorar el pasado
es fulminada, niña, por nuestra libertad
y por un estallido sordo de radiación;
porque la máquina que late sólo valdría
como segura máquina del tiempo
si no latiera más.
Pero nos queda todo un viaje hacia el futuro,
toda una historia que ir fijando en pasado firme.
Será el pasado firme
un pasado que nunca volverá,
que no volvería ni aunque el mito
del eterno retorno fuera cierto).
Hoy no te hablo del mar, que hoy es pequeño;
y pequeño el zureo de sus olas…
No son ya las gaviotas
las que a orillas del mar quieren llorar
por quien se queda a orillas del llorar;
porque una lágrima es la paz de un llanto
que nos gime por dentro
y ellas no lloran paz.
Quizá en tu orilla sepas
qué lágrima unirá las dos orillas
de este universo que nos pide un puente.
Es hora del ahorro de energía
y en las estrellas brilla la desidia.
Se esconde el universo.
El universo se me esconde. Pero
Dios no sabe jugar al escondite:
me mira a veces a través de sus dos estrellas
más sencillas, distantes, y cercanas.
Muy asustada por la ley más libre, la física
trastoca un rato su severa ley.
Como en bello preludio,
sólo para acercarte, el espacio y el tiempo
pliegan, despacio, sus confines vírgenes
en un beso infinito,
sin tiempo y sin espacio.
Beso mudo. Fusión de un confín y otro
en un sinfín sinfónico de amor.
Un milagro rogado por la ciencia,
por la ciencia de ciencias,
por la fe de esta ciencia,
por lo nuestro a conciencia.
No hay más inspiración. Sólo decirte
que al verme exclamarás:
¡pobret, menudo rollo te has montado
para tomarte en resopón los sueños
de tus horas de insomnio!.
Y, de un plumazo de Paloma, adiós poema.
La poesía sólo vuela firme
en las alas de un beso.
¿Será el amor un largo beso que no acaba?,
¿un verso que es el único universo
sincero para un beso?
Datos del Poema
  • Código: 275693
  • Fecha: 04 de Septiembre de 2006
  • Categoría: Ausencia
  • Media: 6.39
  • Votos: 121
  • Envios: 0
  • Lecturas: 1,591
  • Valoración:
Datos del Autor
Nombre: Eduardo Sola Garcia
País: EspañaSexo: Masculino
Fecha de alta: 24 de Diciembre de 2005
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