Usted me robó el alma
se la llevó a sus aposentos
me dejó vacío de palabras
me llenó la vida con sus vientos,
usted me trajo en sus aires
la belleza de una vida nueva
me hizo su hombre y mi calle
tiene su perfume en la vereda,
usted propuso en cada esquina
una verdad de versos y quimeras,
calmó la ira de mis artes repentinas
buscó en mi cuerpo la magia
de una espera,
usted me devolvió analogías
y me robó de su fruto, el cerezo,
y por si fuese poco y no lo sabía
me atrincheró entre su piel
en cada beso,
usted padece mis ausencias
y yo me desvanezco en su recuerdo
carezco, en su nostalgia,
de paciencia
me muero por volcarme en sus infiernos.
Usted transitó en mis secretos
los abrió, cuan arcón de antiguedades,
allanó los pretéritos imperfectos
de tal forma que ya son perimetrales,
usted me ha incrustado de silencios
los atavió, con la desnudez
de sus lejanías
digame usted! de que valen los intentos
si la noche me quitó
lo que tanto me dió en sus días!