Creer es apostar.

Querido Amigo Antonio:
No confundas la Fe con la Certeza.
La Fe no es Convicción.
La Fe es un Compromiso y una Apuesta
Que esperamos ganar y no perder
Volviendo así Esperanza a nuestra Espera.
No me digas, Antonio,
Que ya no crees en Dios,
Que has perdido tu Fe,
Si un vivo testimonio
De Fe tu Vida ha sido
Y herido de Divinas Impaciencias
El Sueño de tus Sueños siempre fue
Emular las hazañas
De Francisco Javier
Y volver a Las Indias
A iluminar Infieles
Con el Verbo encendido
Y la Luz deslumbrante de tu Fe.
Antonio, a estas alturas,
De tu azarosa vida,
Dime que dudas de que Dios exista
Y creeré en tus Dudas.
Porque tus Dudas son también mis Dudas
Y como a ti, me empujan,
Ya hacia el Escepticismo más vacío,
Ya hacia la Angustia Existencialista.
Antonio, Amigo Mío,
Cuando de Dios hablamos,
Aunque no te lo creas,
Mucho más cerca de lo que creemos
Los dos estamos.
Vivir es elegir: todo el que elige
Está haciendo una Apuesta
Entre el “Ser” y el “No ser”.
Entre el “No” y entre el “Sí”.
Y ya, puesto a elegir,
Quizás elija el elegir “Quizás”.
Y eso es, quizás, lo que te ocurre a ti.
En el “Quizás”, Antonio, de tus Dudas,
Sin duda estás también,
Y a mitad de camino te sitúas
Entre lo que, a la vez,
Puede ser La Verdad
Y lo puede no ser.
Cuando el Hombre se muere,
¿Sabemos dónde va?
Cuando el Hombre se muere,
¿Sabemos qué le espera
Al cruzar el umbral del Más Allá?
¿Estará Dios Allí
Y con El estará la Eternidad,
O Allí habrá solamente una Quimera
Que el temor a la Nada puso Allí,
Pues la Nada se esconde tras la Muerte
Y la Muerte es también Eternidad?
Yo, en Cristo confiado,
Por el “sí” he apostado.
Tú, dudando de El,
Te has quedado en tus Dudas atrapado,
Pues como buen Científico que eres,
Sólo crees lo que ves.
Tras lo invisible, sólo ves la Nada,
La Nada de la Muerte,
Pero al Dios Escondido,
Aunque esté en todas partes
Tú en ninguna le ves.
Tú en ninguna le sientes.
Y así, tras nuestra Apuesta apasionada,
Para mi razonable
Y para ti alocada,
Yo me creo que creo.
Tú te crees que no crees,
Pero, a nuestra manera,
Los dos creemos y los dos dudamos
Al mismo tiempo, y de vez en vez.
Ni yo soy tan Creyente
Como tú a mí me crees,
Ni tú eres tan Ateo
Como quieres hacérmelo creer.
Si mi Fe no es Certeza,
Antonio, tu Ateismo,
Aún menos lo es.
Presumir de Creyente yo no puedo.
No presumas, tampoco, tú de Ateo.
Confórmate con ser, Amigo Antonio,
Solamente un Escéptico,
Solamente un Agnóstico,
Que ha elegido dudar y de sus Dudas
Preso está ya. Y preso vas a estarlo
Si el mismo Dios no acude ya en tu ayuda
Viene veloz a ti.¡y hace un Milagro!
Confórmate con ser, Amigo Antonio
Un Desilusionado y un Agnóstico,
Que se siente perdido en este Mundo
Y cada vez más solo e inseguro,
Porque, sin trascendencia,
Este Mundo carece de sentido.
Y tal carencia, Antonio, te aseguro,
Jamás podrás suplirla con tu Ciencia.