Debajo del faro

Una figura de buen porte
desde lejos se divisaba
recargado en un gran poste
era un hombre que esperaba.
Diariamente y a la misma hora
en la esquina de mi casa
hasta que llegaba la aurora
ahì permanecìa con luz escasa.
El aire lastimaba su rostro
el ya de por sì doliente
en sus gestos se notaba el costo
que pagaba por ser prudente.
Al amanecer su cuerpo se escabullìa
se esfumaba caminando poco a poco
era tanta su osadìa
que soportaba estar sin arropo.
Y de nuevo en las noches èl regresaba
debajo del faro de luz opaca color carmesì
lo observè varias veces retirarse en la alborada
pero hoy fuè la ùltima vez que lo vì.
Nunca supe el por què
de sus frecuentes acechos
hubiera querido saber
que le adolecìa en su pecho.
Era un ser afligido y esmirrado
me entristece no volverlo a ver
y me arrepiento de no haberle llamado
para asì poderlo conocer.
FANTASIA
21-08-09