Ausencia de un amor

Mientras dichoso cantaba con ansias
de noche y día, aquella canción,
no encuentro forma que pueda parar
aquel amor que ha marcado mi senda.
En primavera la alzaba en mis brazos
dulce perfume de mieles sabrosas,
entre sonrisas su boca tan tierna
era el más grande panal de querer.
Rodaba el canto cual viento muy suave
sobre las cimas y valles lejanos,
como deseaba con ansias el gozo.
Cantaba alegre por calles sin rumbo
completo extraño a todo sufrir,
una mañana se fue muy temprano
un gran silencio y nostalgia quedó.
La pena mía lo mismo que un vaso
quebró de pronto el deseo en la esencia,
estuve mudo y ciego de amor
sin tregua gime en el alma el dolor.
Lupercio de Providencia