Los ahuehuetes mecen sus hojas con el viento;
Afuera todo es gris melancolía.
Retumba con su queja el cielo y cae la lluvia,
y aqui no cae tu ropa...Todavía. Yo le agradezco al rayo y al destino,
que te nieguen la venía de marcharte;
Tiemblan tus manos y se que no es de frio,
te quieres ir , pero deseas quedarte. Tu mirada es distinta...Diferente,
mezcla de miedo, súplica y deseo;
Te tomo entre mis brazos y venero
la púberta inocencia que en ti veo. Las dos palomas blancas de tu pecho,
se agitan temblorosas y sedientas;
Mis manos las abrigan con ternura...
Aún puedes detenerme y no lo intentas.
Dejas caer tu débil resistencia,
envuelta entre las ropas que te cubren;
Y sale el sol desnudo aqui en mi alcoba,
¡Que el cielo afuera en rayos se derrumbe! Conciente de tu bella inexperiencia,
me dejaste llevarte, ser tu guia;
Yo bebí de tu cuerpo la inocencia,
brindando con el cielo, que llovía;
Me guiñó el ojo el gris de la tormenta,
Volviendose mi cómplice ese día.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!