Soy como soy, de sesera danzarina.
A veces, soy puerto sin sus barcos,
una playa sin arena,
un mar sin lágrimas.
Pero a veces, ¡ay a veces!,
soy las olas del arrecife,
el fuego de tu campaña,
el magma de tu volcán
y el silbido alegre
del rincón de tu esperanza.
En la arteria de mi sustancia
fui paloma mensajera
y en el sentimiento callado
en tul de ilusión pesaron
agravios y arrogancias
en calza de parihuelas.
Ese sentimiento en olvido,
en el pasado altares,
fue con propia luz divina
en la senda del destino,
perdiéndose en el olvido
junto a ilusión y pesares.