Esta es la mujer
a la que amo con toda el alma,
la que ha robado mi calma
con lo hermoso de su ser.
La dueña de mi querer,
mi objeto de devoción,
la que ha hecho renacer
mis sueños casi olvidados,
con sus ojos adorados
y su tierno corazón.
Esta es la mujer
que se adueñó de mi vida,
la que ha curado mi herida
y me hizo olvidar el ayer;
a la que quiero a morir
y a la que busco complacer.
Este es el ángel amado
que busqué por tanto tiempo,
mi sueño recuperado,
plénamente realizado,
mi perfecto complemento.
Esta mujer es mi dueña,
de mí y de mi corazón,
y ya sólo en ella sueña
mi conciencia que, risueña,
la venera con pasión.-
Eduardo Ritter Bonilla.
Jueves 02 de Julio del 2009.