A dónde llega,oh Dios.

¿A dónde llega oh Dios oprobio humano
la métrica sesgada de sus actos?
¿Qué límite pusisteis a su mano?
¿No hay fin a tanto duelo y tanto fasto?
¿O es esta su condena?
Y cada veinticinco de diciembre
te hallas en la tierra a su fortuna
do quiera que tu fe se fue extendiendo
pesebre de jumento y res ajena...
Tierra Santa en el preciado seno
de España. En la encontrada América
raptada a sus costumbres y su vida,
en los ecos de una joven África,
como esclava en mercado requerida...
Mieses de arroz allí, para tu lecho
en los confines de un Asia lejana,
y donde ponen los pies en los pechos
los pueblos de las nieves más tempranas.
Y aquella noche blanca que quisieras,
estrella se hizo guía de unos Magos,
llegaron a tus pies y sus quimeras,
dejaron junto a Ti, con sus alagos...
Pero un pastor que alegre te cantaba,
con gritos de soberbia el aire llena,
pues vio que con el oro le alcanzaba
para olvidar miserias y condena
...Y aquel manso ovejero que dejara
nacer al nuevo Dios que pregonaron
trompetas de los ángeles del cielo,
vio como sus ganancias engordaron
pues solo entraba aquel que antes pagara.
Aquella hedionda paja que prestara,
ahora, brizna a brizna, revendía...
¡Tan solo con tocarla hace milagros
que aqui ha nacido Dios, el buen Mesías!...
Y vendió cada esquirla de tu cuna,
con todo comerció sin miramientos...
Y cuando no quedaba piedra alguna,
a un nuevo corralón puso cimientos.
Y así los nietos de los nietos viven,
cambiaron alpargatas y zurrones
por cuentas de los bancos que perciben
y paños, abalorios y librea...
Son sus hábitos ahora.
Decidme buen Dios,cuando hayais nacido
¿Vendréis a redimir nuestras ofensas?
¿O entrareis en el Templo travestido
de promesas,reliquias y dispensas
y empuñando aquel látigo certero
tornarás cada oveja a su rebaño?...
Pues nada hay de aquel decir primero
y solo queda pena, horror y daño.
Ya sabe mi buen Dios que vuestro ejemplo,
ya no es razón que a nadie conviniera,
hoy es un buen negocio vuestro templo,
y excusa a la conciencia de cualquiera.
¡Qué será de nosotros!
Mas sé que nacereis en la pobreza,
que todo corazón arrepentido
verá tornada en gloria sus tristeza
y así, tu buen mensaje, comprendido...
No cabe aquel pesebre en un palacio,
ni el templo que sirvió para adorarte
tendrá jamas mercados en su espacio,
que ya existe un Calvario en otra parte.
Otra vez nacerás bajo los puentes,
sobre el hambre abultada de los vientres,
en la cruel soledad del indigente
y en la piel del color del que te siente...
Yo sé, mi Dios,que nacereis de nuevo, y sé que será...¡Para siempre!