Montañas

Asoman a mi mente
bellos momentos vividos
de inenarrable experiencia...
Recorrer infinitas llanuras
hasta llegar a ese lugar de ensueño...
Mi pecho palpitaba de emoción.
Era un sueño largamente acariciado.
Mis pupilas fotografiaban para fijar imágenes
que mi mente captaba con la rapidez de un rayo...
Llegar a ese lugar
sería como tocar el cielo con las manos.
El vehiculo acortaba distancias.
Observaba el paisaje que devoraba el camino...
De pronto diviso a lo lejos
las montañas tan imaginadas
Pasaban las horas y éstas se hacían más visibles.
Instantes después observo
con mayor nitidez la belleza esperada...
A esos gigantes que se perdían entre nubes
cuyos extremos blanqueaban
cubiertos de nieves eternas.
Todo mi ser palpitaba...
Y la proximidad me hacia navegar en el espacio
contemplando semejante majestuosidad...
La emoción: inmensurable.
Llegar,
saborear la nieve que tomaba en mis manos
y abrazar las montañas
con mis ojos fue indescriptible.
Las lágrimas corrían por mis mejillas
y mi cuerpo tiritaba envuelto por la realidad
de conocer y palpar tanta hermosura...
Aún perdura en mis sentidos semejante placer,
ya que llevo en mis genes
sangre de inmigrantes montañeses... Mecha Foderé