Te conocí un día de invierno, bajo el signo de acuario
volví a nacer, no podía imaginar que dispararías al
centro de mi alma o que mi querer y poder sucumbiría a tu magia
Que tu aroma seria perfume en mis sueños, o las letras
de tu nombre serian las reinas de mi alfabeto, o que de
tu juego de amor se fraguaría mi infierno
La luna se inflamaría bajo tu influjo, que no era un tópico
aquello de que las mariposas se volvían en el estomago
un estruendo, que mi corazón se empaparía en tu mar de caramelo
Que la sonrisa al sol robarías, que los amaneceres serian locura en tu ausencia,
que el atardecer traeria el deseo por tu presencia, que mi meta
seria perderme en tu cuerpo, que mi alimento seria el duende de tu recuerdo