Lágrimas de un amor perdido.

Y se llevó el deseo en su maleta de plata
con las soledad a cuestas y el dolor al recorrido
donde todavía la inquietud le queda intacta
al roce de su travieso sentimiento escondido.
Y se alejó, como esas cosas tibias y aceleradas
en la situación que el alma parece aún dormida,
quizás en la lucha de sus interiores callada
la verdad oculta aparece a tiempo todavía.
Se quedó con el amor en las manos acuciantes
de una vil y transparente travesía,
que llegó a conocer el dolor en un instante
cuando la noche le trajo las soledad a sus días.