La lluvia golpea nuevamente mi ventana, ahora de adentro hacia afuera, no logro encontrar beneficio o bienestar en mi descanso desde que el portón se abrió, no descarto la posibilidad de que me administren o administrarme placer; que lejanos los dÃas en que me contentaba con miradas y roces leves en la espalda o en las mejillas, que poco necesitaba para sentirme satisfecha, no es igual ahora, después de que los cuerpos se desnudaron el misterio se acabo, la macula llego hasta mi corazón ya no hay inhibición y en cada momento no hago mas que pensar en los vaporosos seres que despiden fuego o no, pero desprovistos de prenda alguna, engañando al corazón, sustituyendo los amores por placeres subalternos, necesito de esas negras delicias para que de mi cuerpo emanen jugos golpeando los cristales cual lluvia tupida casi amenazante y empapen el suelo y en vez de el apacible aroma de frescura la tierra se vuelva candente y que candente arome las calles de mi casa por donde ando de vez en vez sin percibir nadie mi presencia, ni saber si quiera que eso que perciben es el olor putrefacto de la que necesita sexo o sólo sentir que descarga todos los lÃquidos con gritos estruendosos que semejan lamentos de soledad; confundidos por los vecinos con almas en pena de seres que dejaron su cuerpo y penando sus almas se lamentan; sin saber la rotunda realidad: mi alma pena y gime, pues este cuerpo ya no responde a caricia leve.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!