A la vida llegamos sin conocer de ella,
aprendiendo seguimos buscando camino,
gozamos, sufrimos y abusamos de ella
y hasta creemos que es nuestro destino.
Damos palos de ciego sin conocimiento
de nosotros mismos, así nacen las dudas
sobre el afecto a extraño sentimiento
que añoramos para saldar deudas
que no contrajimos para el corazón
o contraídas con miradas cariñosas,
a todo trance queremos apartar de la razón,
en verdad ansiamos palabras hermosas,
súbitos detalles en señal de amor,
y al ver lo actuado el camino andamos, resolvimos desconcierto y el temor,
la melancolía de paso ya alejamos.
Ahora estamos alegres y seguros
que lo desconocido dejo la mente,
a los corazones alumbran los luceros
para vernos amar sobre el puente.