Vienes a mí con sonrisa dormida
y la pena iluminando tu mirada,
¿qué más quieres de mí?
no pidas imposibles,
en mí no hallarás nada,
se me olvidó el remedio al desconsuelo que habitaba mis brazos,
ya no seré refugio ni consuelo,
las palabras ignoradas en el aire quedaron,
no queda más de mí,
ni siquiera el pretexto de pensar que nunca me entendiste
y nunca te entendí,
eso ya no me importa,
eso ya es lo de menos.
Y pensarás que me olvidé de tí,
y dudarás si en mis palabras fui sincero,
y te podría mentir
para que sientas
como duele cuando te hacen sufrir,
pero las lágrimas que recorren mi cara me delatan.
Vienes a mí,
con sonrisa dormida
y la pena iluminando tu mirada,
y aunque quisiera,
no puedo ignorar este miedo a perderte,
ni me atrevo a enfrentar este dolor
para olvidarte,
a pesar de sentirme tan herido..
no te puedo mentir.
Gracias Pablo por tu comentario, y enhorabuena por tu poesía de hoy, está empapada de tristeza,un sentimiento que conlleva,a veces ,el estar enamorado. Mi diez.