Viernes Gris

La tarde pasa a la par que brilla el sol,

resplandeciente el amor que me rodea,

aunque a mi no me pertenezca,

opaco es el animo que mi semblante plantea,

sabiendo que no poseo la felicidad de la infestación,

una infestación de seducción a la que llaman amor.

Funestas desgracias recibo a cambio,

solo por no formar parte del sembradío

de aquel rió del extenso conocimiento,

comienzo a pensar en la gran farsa,

y que la realidad es su mayor invento.

Penumbra y tristeza bajo la luz de la calle

solitario seguimiento le doy al detalle,

que entre los muros obligatorios de la vida

se encuentra una construcción bastante urgida 

que por mucho tiempo solo sera ante nuestros ojos

una anhelada y muy dolida llovida.