Ardes en mi torrente,
como hogueras de alarma,
como fogata en invierno,
como faro en la niebla;
eres lucero,
estrella resplandeciente,
luna de mis noches sin fin.
En tu seno descansan mis sueños:
¡Purificante
el verbo
de la carne urdida en el deseo!
Corona de azahares
llevas ceñida a tu frente,
y túnica de auroras
por único ropaje.
Eres prístina llama,
mito inmarcesible;
roto engarce,
listón de seda,
maná celestial,
espasmo de tierra virginal.
¡En tus ojos
—al fin—,
pudo comprender la rosa
el porqué de sus espinas!
W.P.
Corona de azahares diadema de luna excelentes versos en una constante y gran expresión. Muy bien poeta. Felices fiestas